jueves, 16 de julio de 2009

Crítica del blog de Raúl Fernández

Critica del blog de Raúl Fernández

Como ya comentamos, tras el último capítulo de la quinta temporada de El Internado, ha habido muchas críticas a la actuación de Marta Torné. Tanta es la revelación de esta actriz que el blog no oficial de Raúl Fernández de Pablo, Fermín en la serie, ha querido hacer una excepción en él y dar un pequeño homenaje a nuestra chica.

La creadora de esta emotiva entrada ha sido Chiqui, una de las colaboradoras del blog y os dejo su entrada completa para que podáis también vosotros disfrutar de ella.


Marta, la réplica perfecta.



Cuando Marta Torné llego al reparto de “El Internado”, lo hizo sin credenciales ni carta de recomendación. Llegó a la sombra de apellidos insignes, entre Merlos y Barós, y de una generación joven que pisaba fuerte entre el target adolescente de la serie.
En ese sentido, su trayectoria es similar a la de Raúl, aunque él ya fuese casi un veterano de las tablas y ella viniese de hacer algo que prácticamente nada tenía que ver con la interpretación. Ni tenían un nombre, ni un público predeterminado al que llegar.
Y sin embargo, ambos se han erigido como dos grandes pilares de la serie, tanto en su papel dentro de la trama, como en lo que a su trabajo como actores se refiere.

Y es que aunque este blog esté centrado en el trabajo de Raúl en todos los palos que ha tocado, quizá sea un buen momento para dejar de mirarnos el ombligo un momento y valorar el trabajo de Marta como réplica no sólo de Raúl, sino de Yon, de Luis o de Amparo. Valga esta entrada como forma de dar las gracias a Marta, porque mucha culpa de que nos enamorásemos de la historia de amor de María y Fermín, es sin duda suya.

Es difícil encontrar ningún otro personaje dentro de la serie tan exigente como lo es el de María. Unos por estar demasiado definidos, ya sea en su rol de buenos buenísimos, o malvados malísimos; otros porque están embarcados en tramas menos emocionales. Sin embargo, Marta se ha visto obligada, gracias a María, a vivir el odio, el miedo, el amor a un hombre que sabe que no le conviene, la tristeza que provoca el desprecio de un hijo, la desesperación, la resignación, el dolor.

La última escena de esta temporada de El Internado ha servido para que los halagos a su trabajo se multipliquen. Y con razón. Pocas veces tenemos la oportunidad de ver en televisión un momento de semejante tono emocional, en el que la actriz tenga que decir tanto sin una sola línea de diálogo. Y aún así, Marta consigue que en dos minutos y medio, vivamos la alegría, la resignación, la emoción a través de sus ojos y su sonrisa.

Pero Marta no es sólo esa última escena. Es lo mejor de ella en una secuencia que llevábamos cinco temporadas esperando. Y quizá eso influye para que ahora, de repente, todo el mundo vea a la gran actriz y se olvide de ciertos prejuicios que arrastraban hacia ella. Sin embargo, si miramos atrás en la serie, no es la primera vez que la vemos brillar de ésa forma. En “El Polo Norte” ya vimos lo que ahora parece sorprender tanto, cuando Iván va a despedirse de María y ella, al quedarse sola, lo expresa todo con una sonrisa preciosa y llena de lágrimas.

Sus escenas con Raúl son, todas ellas, un ejemplo de lo que es la química entre dos actores, y cómo uno puede sacar lo mejor de sí mismo en buena compañía. No debe de ser fácil dar vida a una mujer que ama sabiendo que no debe hacerlo, que ama con recelo pero que por encima de todo, ama. Y Marta ha vivido en la piel de María todas las emociones que eso conlleva: el miedo, la pasión, los celos, el enfado, la necesidad tímida de estar con esa persona.

Gracias Marta. Si tú no hubieras sido María, las Fermarías sólo seríamos Fer.



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